martes, 16 de junio de 2020

CUENTAME UN CUENTO

Estimadas familias: 
El próximo VIERNES, 19 de JUNIO a las 21:00, tendrá lugar en los Jardines del Palacio del Infantado, un pequeño encuentro con aforo limitado llamado CUÉNTAME UN CUENTO. Será un encuentro entre famosos cuentacuentacuentos de nuestra provincia, hasta que pueda volver nuestro querido Maratón de Cuentos de Guadalajara. 
Os animamos desde el colegio a que podáis verlo en Streaming a través del Canal de YouTube: MaratónCuentos2020 (tenéis la información en la foto y cartel adjuntos), con los niños y niñas y que podáis recordar con ellos los maravillosos momentos que hemos vivido participando juntos en el Maratón de los Cuentos de nuestra ciudad. Desde los inicios del Maratón nuestro colegio ha sido, después de las autoridades, el primero en contar cuentos con nuestros niños y abrir cada año el Maratón. Siempre ha sido un orgullo para nosotros y este año sentimos un pequeño vacío por no poder estar allí. 

sábado, 13 de junio de 2020

LAGRIMITA JOE


Lagrimita Joe era un niño con una habilidad especial: podía ponerse a llorar en menos de un segundo. Si algo no le gustaba, o le resultaba difícil, o si alguien le contrariaba, Lagrimita Joe no tardaba en poner cara de pena y mostrar grandes lagrimones rodando por sus mejillas. Así conseguía prácticamente todo lo que quería, porque no había quien resistiera la pena que daba su carita llena de lágrimas.
Pero un día, Lagrimita Joe conoció a Pipo. Se lo encontró pidiendo unas monedas a cambio de ayudar en lo que fuera a las personas que caminaban por la calle. Pipo era muy pobre, y no tenía casa ni familia, así que se ganaba la vida como podía. Sin embargo, siempre mostraba una gran sonrisa de oreja a oreja.

A Joe le cayó simpático aquel niño, así que decidió echarle una mano para conseguir algo de dinero. Se acercó al lugar en que estaba Pipo, se quitó el sombrero, lo puso junto a sus zapatos, y comenzó a llorar poniendo su penosísima cara de pena.
¡Menudo éxito! En unos pocos minutos, el sombrero de Lagrimita Joe estuvo lleno de monedas y golosinas. Pero cuando se lo ofreció a Pipo, éste lo rechazó.
- Prefiero merecerme lo que tengo- respondió con su habitual sonrisa-. Es mucho más divertido esforzarse por conseguir las cosas. ¿Sabes? Hoy he bañado a un perro, he recogido cientos del clavos con un imán, he ordenado un armario de pinturas, he acompañado a una señora ciega por el parque... puede que no haya conseguido todo lo que quería, pero he hecho muchas cosas interesantes ¿Y tú? ¿te lo has pasado bien?
Lagrimita Joe no contestó, y se marchó triste. Había conseguido todo lo que quería, pero no había hecho prácticamente nada interesante en todo el día. Ni siquiera se lo había pasado bien: casi todo el tiempo había estado llorando.
Aquella tarde, ya en su casa, Joe pidió cenar un riquísimo pastel. Cuando su mamá le dijo que no, trató de echarse a llorar, pero al recordar al alegre Pipo y ver su propia cara de pena reflejada en el espejo, no pudo hacerlo. ¿Cómo desaprovechar aquella ocasión de hacer algo interesante?
Así que trató de conseguir el pastel de otra forma. Y para sorpresa y alegría de sus padres, dedicó toda la tarde a ayudar a su mamá a ordenar y etiquetar la despensa, a regar las plantas y a colocar los libros de la biblioteca.
Sin embargo, al final no hubo pastel. Pero tampoco fue tan terrible, pues Joe descubrió que había sido mucho más divertido hacer todas aquellas cosas, que haber pasado la tarde llorando sólo para conseguir cenar un pastel que ni siquiera se habría merecido.

Los niños que lloran para conseguir lo que quieren se están perdiendo muchas cosas buenas

lunes, 1 de junio de 2020

LA REBELIÓN DE LOS PLÁSTICOS MUTANTES




LA REBELIÓN DE LOS PLÁSTICOS MUTANTES

Jorge no podía creer lo que veía desde el enorme barco de pesca. Jorge iba con su padre, el capitán de aquel barco, para ver cómo se ganaba la vida. Pero lo que no se esperaba era ver aquello. Kilómetros y kilómetros de plásticos moviéndose por la superficie del mar. Pero no iban al compás de las olas. Aquellos plásticos parecían tener vida propia.
Jorge corrió a buscar a su padre. Su padre estaba muy ocupado, pero pidió a un marinero que le sustituyera y atendió a Jorge.
-Papá, hay un enorme monstruo en el mar -dijo el niño-. Es un monstruo de plástico. Viene hacia aquí
-No digas tonterías, hijo, eso no es posible -dijo su padre.
-Que sí papá, que lo he visto -insistió el niño.
-El mar está lleno de plástico hijo, eso es verdad -dijo su padre-. Es un asco, la gente tira el plástico en cualquier parte sin pensar en el daño que hace, y mucho de ese plástico acaba en el mar.
-Pero este plástico está vivo, papá -dijo Jorge.
-Tu madre dice que cualquier día nos invadirá el plástico y se vengará de nosotros -rió su padre-. Debes haber oído muchas veces esa fantasía, ¿eh? Ahora déjame trabajar, por favor.
Jorge volvió corriendo a ver al monstruo de plástico. Pero ya no estaba. No le había dado tiempo a pensar cuando algo golpeó el casco del barco.
-¡Atención, marineros! -gritó el padre de Jorge.
-¡Es el monstruo de plástico! -gritó Jorge.
Nada más decirlo un montón de botellas, bolsas y envases rotos y sucios subieron al barco y empezaron a inundarlo todo. Aquello era un espectáculo lamentable.
-No nos hagáis daño -gritó Jorge-. Aquí reciclamos todos. Os podemos ayudar.
Los plásticos se tranquilizaron y se quedaron quietos. Entre todos los recogieron, los empaquetaron y los trasladaron a un planta de reciclaje.
-Tal vez el próximo barco en ser atacado no tenga tanta suerte, papá -se lamentó el padre de Jorge.
-Tal vez dentro de poco los plásticos mutante invadan las playas y las ciudades, papi -dijo Jorge.
-Habrá que tomar medidas, aunque no sé si llegaremos a tiempo