sábado, 27 de noviembre de 2021

MISTERIO EN LA BIBLIOTECA

 

Alguien estaba matando libros. Cada mañana aparecía un nuevo libro abierto en la biblioteca, con todas sus hojas completamente en blanco. Nadie sospechaba que el asesino era el malvado Zepo Rete, quien por la noche vaciaba los libros con un aspirador de letras. Luego las llevaba sigiloso hasta su guarida, donde con un increíble exprimidor de palabras elaboraba una especie de zumo mágico.

Y es que Zepo Rete siempre había sido muy malo, pero también muy tonto, y cuando se enteró de que los libros hacían a las personas más listas, decidió exprimirlos para bebérselos, y así volverse listo.

Pero los libros no se beben, ni se mastican, sino que necesitan ser leídos, y cuando Zepo Rete comenzó a beber sus zumos de libro, se llenó de historias y palabras que necesitaban ser leídas. Y las palabras, que sí son muy listas, descubrieron que solo podrían ser leídas si viajaban por el cuerpo hasta llegar a la piel de Zepo Rete, que se convirtió en un inmenso tatuaje lleno de miles de letras.

Probó con cientos de jabones y lejías antes de descubrir que la única forma de quitarse las letras era leyéndolas. Así que, aunque no quería leer ni una palabra, no le quedó otro remedio, y leyó su propia piel durante semanas y semanas para librarse de todos aquellos libros que había matado.

Entonces, ¿así es como terminó el misterio del asesino de libros? ¡Nada de eso! Aún hoy cada mañana sigue apareciendo un nuevo libro vacío en la biblioteca, sin que nadie sepa cómo ni por qué.

¿Lo adivináis? Pues sí, sigue siendo Zepo Rete, que continúa aspirando sus letras y bebiendo su zumo, pues ha descubierto que nada le gusta más que leer todos esos libros sobre su piel. Y, como es verdad que se ha vuelto mucho más listo, sigue exprimiendo libros cada noche sin que nadie le pille...

 

                              AQUÍ VIVE ZEPO RETE                


EN NUESTRA REJUVENECIDA                     BIBLIOTECA








NUESTRA BIBLIOTECA SIEMPRE

 HA BUSCADO TANTO EL PASADO 

COMO EL FUTURO









 

 

 

 






domingo, 21 de noviembre de 2021

domingo, 7 de noviembre de 2021

El árbol del otoño

 

Hace mucho tiempo en una aldea lejana vivía un indio muy especial. Era un trotamundos: recorría todos los países y, cuando regresaba a casa, los demás indios lo recibían con alegría. Se llamaba Correcaminos.

Siempre traía consigo un saco lleno de historias que iba recogiendo por todo el mundo. Nada más llegar se sentaban todos alrededor de la hoguera y escuchaban sus relatos.

Un buen día les dijo que había una tierra que tenía un clima tan suave que podía decirse que siempre era primavera. Y, en ocasiones, los árboles vestían colores dorados y rojas se llamaba El Otoño.

Los otros indios no le creyeron porque nunca habían visto árboles de aquel color, no conocían el otoño. Solo tenían invierno, primavera y verano. Debería traer un árbol de otoño. Y de esta forma Correcaminos recorrió el mundo preguntando a la gente dónde podía encontrar el otoño. Pero nadie le sabía contestar.

 Pasaron muchos años, tantos que Correcaminos ya tenía el pelo blanco. Y caminando llegó a un lugar misterioso… En una cueva encontró a un gigante que se presentó como el Señor del frío. Éste le dijo: 'Si de verdad quieres encontrar el otoño te va a costar la vida, ¿serás valiente?' Correcaminos contestó que sí.

Siguió el camino que le indicó el Señor del Frío y se encontró cerca de su aldea, al lado de una roca donde nacía la fuente del otoño y probó su agua. Entonces notó que sus pies se hundían en la tierra como si tuvieran raíces y que sus brazos y manos se estiraban llenándose e hojas rojas y doradas.

Una suave brisa perfumada llegó hasta el poblado, los indios al seguirla se quedaron fascinados por el árbol y comprendieron que Correcaminos por fin les había traído el otoño.