domingo, 30 de agosto de 2020

EL HOMBRE ARREGLA EL MUNDO

 

Un científico vivía preocupado por los problemas del mundo y estaba resuelto a encontrar la manera de disminuirlos. Pasaba los días encerrado en su laboratorio en busca de respuestas que ayudaran a despejar sus dudas.

Uno de esos días, su hijo, de siete años, invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, intentó que el niño fuera a jugar a otro sitio. Viendo que le resultaría imposible sacarlo de allí, buscó algo que darle para distraer su atención y alejarlo del laboratorio. Tomó un planisferio que había en una revista, recortó el mapa en varios trozos con unas tijeras y se lo entregó al niño junto con un rollo de cinta adhesiva.

– “Sé que te gustan los rompecabezas, así que te voy a dar el mundo para que lo arregles. Aquí está el mundo todo roto, mira a ver si puedes arreglarlo. Hazlo bien y hazlo tú solo”.

El padre calculó que al niño le llevaría días recomponer el mapa; sin embargo, algunas horas después oyó la voz del hijo que le llamaba entusiasmado:

– “¡Papá, papá, ya he terminado! ¡Conseguí arreglar el mundo!

Al principio, el padre no dio crédito a las palabras del hijo. No era posible que a su edad hubiera podido recomponer un mapa que jamás había visto. Levantó los ojos de sus anotaciones, seguro de que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo, todos los pedazos habían sido colocados en su sitio. ¿Cómo era posible?, ¿cómo había sido el niño capaz de algo así?

– “Pero, hijo, tú no sabías cómo era el mundo. ¿Cómo lo has conseguido?”

– “Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando tú quitaste el papel de la revista para recortarlo, me fijé que en la parte de atrás había la figura de un hombre. Cuando me diste el mundo para arreglar, lo intenté, pero no lo conseguí. Fue entonces cuando me acordé del hombre, di la vuelta a los recortes y empecé a arreglar al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di la vuelta a la hoja y me encontré con que había arreglado el mundo”.

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