viernes, 8 de marzo de 2024

jueves, 22 de febrero de 2024

Maratón de cuentos 2024


 El Maratón de los Cuentos 2024 inicia su andadura con la elección del cartel. 

La MÚSICA, acompañando las NARRACIONES , llenará las calles, las plazas, los patios, los jardines, … y los corazones.

lunes, 5 de febrero de 2024

El disfraz de Carnaval

 

Ana se había enfadado hoy con su mamá porque se acercaba la fiesta de Carnaval del colegio y no había forma de que mirara con ella el traje que tenían que hacer para el evento. Tenía que vestirse de mariquita y para ello había que comprar tela de colores, las antenas negras y la pintura para la cara. ¡Qué rollo!
Ese día también le tocaba ir a casa de la abuela. Disfrutaba mucho merendando con ella y charlando de las cosas del cole, pero ese día la abuela tenía en casa un fontanero para arreglar el lavabo y no le iba a poder hacer caso.


Cuando Ana llegó allí acabó pronto los deberes y estuvo dando paseos. Como la abuela ya vio que Ana estaba algo enfadada le dijo que ya la estaba viendo mayor y que si era responsable le podía dejar las llaves del trastero.
¡Las llaves del trastero! Las había pedido muchas veces y nunca se las habían dejado, ahora que ya tenía diez años por fin podría ver lo que había allí. Tenía ganas de coger los juguetes y las cosas de mamá y las tías.
Cuando llegó a la puerta abrió fácil con la llave, encendió la luz y…. ¡Pum! No pasó nada mágico, lo único que veía era un montón de estanterías con cajas. Tantos nervios para esto… cajas, y paquetes…
Ana repasaba los bultos cuando al fondo percibió entre las sombras que había una manta con algo debajo. Se acercó más y descubrió una manta de pelo marrón. ¿Qué habría debajo? ¿Sería esto lo que llevaban guardando tanto tiempo? Levantó la manta despacio y se encontró con un baúl. Un baúl de madera que no parecía tan antiguo pero que se veía que hace mucho tiempo que no se abría.
Miró hacia la puerta volvió a salir para supervisar que nadie venía y se dispuso a tirar de la manilla de madera hacia arriba. La puerta del arcón se iba abriendo hasta el final. Cuando logró encontrar una linterna para ver lo que había dentro cuál fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que había: ¡Disfraces!
Un montón de disfraces de todo tipo un disfraz de Blancanieves, de médico, de vaca, de sirena, de vaquera, de fantasma, de hada, de oso… ¿Y todos estos disfraces? Estaban hechos con telas brillantes y parecían muy bonitos. Rebuscando hasta el final no pudo más que saltar de alegría: ¡Había un traje de mariquita! Era precioso. Sería la mariquita más original de todo el festival. Tenía un montón de ganas de darle una sorpresa a la abuela y a mamá.
Cuando recogió todo y colocó de nuevo la manta encima cerró la puerta con la llave y fue corriendo a ver a la abuela. Cuando llegó mamá estaba allí también y al ver el traje en la mano le dijo:
-Oh, ya veo que se estropeo mi sorpresa. Por eso no quería comprarte la tela para el traje de Carnaval, porque quería sorprenderte con el mío que lleve cuando tenía tu edad.


Ana ilusionada le dio un beso a mamá y le pidió perdón por el enfado


jueves, 4 de enero de 2024

EL HADA DE AÑO NUEVO

 

Juan y Matías eran dos hermanos de 7 y 8 años. Pero eran muy diferentes: Juan era amable y muy estudioso; Matías tenía un carácter más rebelde. Un día de diciembre, mientras jugaban, se les apareció un hada y les dijo:

- ¡He venido a traeros un regalo de Año nuevo! Aquí tenéis unos libros.

Cada hermano cogió uno de los cuentos, pero resulta que estaban en blanco como la nieve. ¡No había nada escrito! Juan, que era muy agradecido, se puso muy contento y le dio las gracias al hada. Pero Matías refunfuñó. Se enfadó tanto, que tiró el librito contra un charco de barro. Y al llegar a casa, lo usó para equilibrar la pata de una mesa que estaba un poco coja.


 Pasó un año entero, y de nuevo apareció el hada. Esta vez, les pidió que le enseñaran los libritos que les había entregado el año anterior. El libro de Juan estaba como nuevo. El de Matías, todo sucio. Entonces les dijo que echaran un vistazo a las hojas de los libros. El cuadernillo de Matías estaba lleno de borrones. No se entendía nada. Sin embargo, las de su hermano estaban llenas de hermosas letras de oro.

- Matías - le dijo el hada - Todos esos borrones son de los momentos en los que NO te portaste bien con los demás. Cuando discutiste con tu hermano, cuando pegaste a tu amigo, cuando desobedeciste a tu madre... Tu hermano, sin embargo, ha sido bondadoso, y por eso su libro está escrito con letras de oro. Juan, las letras de oro son por cada vez que diste un beso a vuestra madre o cuando le dejaste tus juguetes a tu hermana. Aquel día que ayudaste en clase a tu compañero o ese otro en el que ayudaste a cruzar a un anciano.

Juan quería quedarse con su libro. ¡Era tan bonito! Pero el hada dijo que no podía ser, porque aquellos libros tenían que ir a la biblioteca del Padre Tiempo, quien anotaba cada año qué niños habían sido buenos y cuáles se habían portado mal.

A cambio, el hada del Año Nuevo les ofreció dos libros nuevos, ambos con las páginas en blanco. Matías había aprendido la lección, y prometió al hada que su libro estaría lleno de letras doradas al año siguiente. Juan aseguró que intentaría mejorar más. El hada se despidió muy contenta de ellos con un ¡Feliz año nuevo!