
En una entrevista realizada hace poco a la autora, la preguntaron el porqué, el como surgió la idea de Alma y la isla. Mónica Rodríguez respondió: “El drama humano de la inmigración, acrecentado en los últimos años, siempre estuvo muy presente rondándome la conciencia. Un día leí una noticia sobre la isla de Lampedusa donde están tan saturados los centros de acogida que a veces los pescadores, que participan también en las labores de rescate, acogen a los niños en sus propias casas. Entonces lo supe. La historia estaba ahí, no sabía aún cómo iba a desarrollarla ni qué iba a suceder, pero esa era la historia que yo quería escribir: la relación entre el hijo menor de un pescador y una niña que rescatan del mar y que acogen en su casa. El conflicto entre los niños está inspirado en la relación de mi hija menor con Amaina, la niña saharaui que pasó con nosotros tres veranos”.