Valor Educativo Autoestima
 
  Idea y enseñanza principal
  La obsesión por la delgadez y la superficialidad esconde la verdadera belleza de las personas.
 Ambientación  
  Un reino del mundo de los cuentos.
 Personajes   
  Una princesa
  
  
  El mundo de los cuentos esperaba a su nueva princesa. Prepararon 
todo con esmero, pero no contaban con que fuera gordita. Nada de lo que 
habían preparado sirvió: ni los vestidos, ni el baile, ni las páginas 
del cuento, ni siquiera la historia de amor con el príncipe… nada. 
Pensaron que se trataba de un error, pero la máquina de crear princesas 
lo confirmó cien veces: Goldi era la princesa perfecta.
Volvió loco al sastre de palacio que, acostumbrado a lujosos vestidos
 de cinturita de avispa, no sabía cómo hacer ropa deportiva, pantalones o
 camisetas.
Volvió locas a las damas de la corte, cuando rechazó al guapísimo y 
admiradísimo príncipe azul preparado para ella, y se casó con un chico 
bajito y delgaducho, pero muy divertido.
Volvió locos a los generales del reino, cuando el país entró en 
guerra y, en lugar de esperar tranquilamente en palacio, decidió dirigir
 la batalla ella misma.
Volvió locos incluso a los escribanos, quienes tuvieron que buscar 
para su cuento un libro mucho más ancho en el que hubiera sitio para 
ella.
Pero aprovechó aquel libro tan gordo para llenarlo de historias y 
aventuras, de ocurrencias divertidas y frases sabias, de personas 
interesantes a las que conocer y de amigos y amigas fantásticos que 
nunca hubieran pensado que podrían aparecer en un cuento de princesas, 
porque jamás habrían entrado en libros tan delgados. 
Y casi nadie lo sabía, pero el resto de princesas, guapísimas y 
delgadísimas, estaban aburridas de vivir siempre las mismas historias 
tontas de amor a primera vista en las que ellas nunca hacían nada 
interesante -entre otras cosas, porque esas historias simples eran las 
únicas que cabían en sus finísimos libros-. Por eso, cuando leían el 
cuento de Goldi, la princesa gordita, sentían la mayor de las envidias, y
 pensaban para sus adentros: esta sí que es una princesa perfecta.
Autor..PEDRO PABLO SACRISTAN
