martes, 27 de diciembre de 2016

CENTENARIO DE ROALD DAHL

Este año se celebra el centenario de Roald Dahl .Os adjunto una dirección donde aparecen  las principales obras con su tema y guía para distintas edades.
                                               http://www.roalddahl.es/ 

Portada Charlie y la fábrica de chocolate

sábado, 24 de diciembre de 2016

Navidad 2016




              Os deseamos felicidad, aventuras... ¡y buenas lecturas!

miércoles, 14 de diciembre de 2016

UN HUECO EN EL BELÉN

                                 Valor Educativo Espíritu navideño


Idea y enseñanza principal Todos y cada uno somos importantes, y la mejor forma de hacérselo sentir a los demás es con actos de amor y servicio

Ambientación Un belén de figuritas

Personajes Las figuras de un belén navideño


Cuento 
Simón era un pequeña figurita de plástico para poner en cualquier esquina de un belén navideño. Había nacido en una gran fábrica en china y ni siquiera estaba muy bien pintado, así que siempre le tocaba estar lejos del portal, rellenando cualquier hueco o dejándose mordisquear por los niños de la casa. Pero quería mucho al Niño, quien todos los días le miraba y sonría desde el pesebre. Él solo soñaba con que algún año le colocaran cerca del portal…
Una noche, poco antes de Navidad, María hizo llamar a todo el mundo.
- Necesitamos vuestra ayuda. Está a punto de empezar una gran guerra y Jesusito ha tenido que irse para tratar de evitarla. Alguien tiene que sustituirle hasta que vuelva.
- Yo lo haré - dijo un precioso angelito-. No creo que sea difícil hacer de bebé.
El angelito ocupó su puesto en el pesebre, así que otro angelito tuvo que ocupar el lugar que dejó vacío. A ese otro angelito lo sustituyó un pastorcillo… y así muchas figuritas tuvieron que cambiar sus puestos. Con los cambios, Simón terminó haciendo de pastor, mucho más cerca del portal de lo que le había tocado nunca.
Pero no salió bien. El angelito era precioso y lloraba como un bebé, pero se notaba muchísimo que no era el Niño. José tuvo que pedirle que se marchara y buscaron otro sustituto. Nuevamente las figuritas cambiaron sus puestos y Simón terminó aún más cerca del portal.
El nuevo sustituto tampoco supo imitar al Niño. Y tampoco ninguno de los muchos otros que siguieron probando durante toda la noche. Con los cambios, Simón llegó a estar bastante cerca del portal. Emocionado, ayudaba en todo lo que podía: cepillaba los animales, limpiaba el establo, llevaba el agua, charlaba con los ancianos, cantaba con los angelitos... Lo hizo tan bien que, cuando por fin encontraron un buen sustituto, María y José le dejaron quedarse por allí cerca.
Era la más feliz figurita del mundo y solo una cosa le intrigaba: había ido por agua cuando eligieron al sustituto y no había visto quién era. Siempre que miraba estaba cubierto por las sábanas y, como nadie echaba de menos al verdadero Niño, Simón tenía la esperanza de que fuera el mismo Jesús quien había vuelto. Un día no pudo más y, aprovechando que era temprano y todos dormían, miró bajo las sábanas…
Cuando sacó la cabeza una enorme lágrima rodaba por su mejilla. María le miraba dulcemente.
- No está…
- Lo sé - dijo María-. No hay nadie. El sustituto de Jesús no está en la cuna. Eres tú, Simón.
- Pero si yo solo soy una figurita mal hecha…
- ¡No estarás tan mal hecha cuando has conseguido que nadie se dé cuenta de que no estaba! Mira, Simón, tú has hecho lo que mejor se le da a Jesús: querer a todos tanto que se sientan verdaderamente especiales ¿Verdad que lo sentías cuando Él te miraba cada día? Y los demás lo sienten gracias a ti.
Simón sonrió.
- Jesús me ha pedido que sigas guardándole el secreto. Sigue buscando sustitutos como tú en cada pequeño rincón del mundo, para convertirlo en un lugar mejor ¿Querrías seguir siendo el niño invisible de este nacimiento?
¡Por supuesto que quería! Y así fue cómo Simón se unió a la inmensa lista de gente que, como querría Jesús, celebran la Navidad haciendo que su pequeño mundo sea un poco mejor.


Autor.Pedro Pablo Sacristan

domingo, 6 de noviembre de 2016

Educación, niños y dispositivos: un poco de sentido común, por favor.

Si definiésemos bien la educación, los dispositivos no serían un enemigo del aprendizaje, sino uno de sus más poderosos aliados, y los deberes serían un anacronismo absurdo, porque el tiempo fuera del colegio estaría destinado a otras actividades que completasen el desarrollo. La idea de “los deberes son lo primero y los dispositivos son para jugar” es profundamente absurda como tal. Los dispositivos son, por un lado, la llave de los contenidos, mucho más de lo que puede serlo un libro de texto. No, el conocimiento ya no está en los libros de texto, que de hecho, deberían desaparecer lo antes posible y dejar que los niños entendiesen que los contenidos viven distribuidos por toda la red y hay que aprender a extraerlos como parte del proceso educativo.
Por otro lado, los dispositivos son una pieza definitoria del entorno en el que los niños van a vivir toda su vida, lo que debería hacer que destinásemos una parte significativa de la educación a que se acostumbrasen a ellos y a extraerles valor, no a empeñarnos en que los consideren una absurda pérdida de tiempo. Y finalmente, los dispositivos permiten acceso a un entorno de relación en el que también resulta fundamental que los niños aprendan a desempeñarse desde pequeños.
Si tienes hijos, plantéate lo siguiente:
  • Los dispositivos son una parte importante del entorno actual. Cuanto antes aprendan tus hijos a utilizarlos bien y con responsabilidad, a saber solucionar problemas con ellos o en ellos, y a entender cómo y por qué funcionan y qué usos les pueden dar, mejor preparados estarán. Serán menos ignorantes.
  • Los dispositivos dan acceso a infinitas actividades, y su uso, como todo, tiene que hacerse con sentido común. Tan malo es que un niño no sepa hacer la O con un canuto cuando le pones un dispositivo en las manos, como que esté todas las horas del día con la nariz pegada a una pantalla. Hay otras actividades, son muy importantes, y una parte fundamental de la educación consiste en enseñar a priorizar.
  • Los dispositivos no son un “apaganiños” ni un sustitutivo de la educación. Si tu hijo te molesta, edúcalo, no lo atontes con un juego en un dispositivo como si fuera un dardo tranquilizante.
  • Los dispositivos sirven para acceder a información y para utilizar esa información para consolidar conocimiento. Enseña a tus hijos que los dispositivos no son solo para jugar, sino que pueden – y deben – utilizarlos cuando necesiten saber algo. Enséñales estrategias de búsqueda, a no quedarse siempre con el primer resultado, a verificar las fuentes, a aplicar razonamiento crítico… a pensar en un entorno conectado.
  • Los dispositivos son la puerta al entorno social, que hoy en día funciona como conexión permanente, pero enséñales a priorizar, a que no se cae el mundo por no contestar a algo si están en medio de la cena, dando un paseo, manteniendo una conversación o viendo una puesta de sol. Cuanto antes empiecen a entenderlo los niños, mejor. Si no los educas en ello, te encontrarás con que compartirán cosas que no debían compartir, harán barbaridades y se comportarán como salvajes en la red.
  • Los dispositivos permiten leer libros. Si no ves a tu hijo leer ningún libro, plantéate que los lea en su dispositivo, que es como se leen los libros hoy de manera cómoda y eficiente. Enséñales a pedir libros y comics, a leerlos, a marcar las partes que les han gustado, a compartirlos… a leer con las ventajas que tiene hacerlo en un dispositivo electrónico. No, no se van a quedar ciegos por ello. El papel solo es un anacronismo incómodo, que un niño no se sienta atraído por él no es ningún sacrilegio: mientras lea, que lea en un dispositivo o donde buenamente quiera.
  • Los dispositivos no son perniciosos. Lo que es pernicioso es permitir que un niño se pase todas las horas del día jugando con ellos y tirado en un sofá y sin hablar con nadie. O que priorice la comunicación a través del dispositivo a la comunicación en persona con las personas que le rodean. O que esté tan maleducado que no entienda que cuando va a casa de sus abuelos, no puede ignorarlos completamente y pasar todo el tiempo sumergido en la pantalla. Educar mal a tus hijos, hacer dejación de tu responsabilidad o permitirles que hagan todo lo que les dé la gana es pernicioso. Los dispositivos no lo son, solo son una parte más del entorno. Que por cierto, va a seguir ahí toda su vida. Cuanto antes se familiaricen con él, mejor.

 Pero sobre todo, antes de interpretar cualquier estudio o cualquier correlación, hazlo con el adecuado sentido crítico.
Enrique Dans 

sábado, 29 de octubre de 2016

Qué podemos hacer para que lean NUESTROS HIJOS-HIJAS.(1)

  1. Que nos vean leer. El ejemplo es, en educación, el argumento más convincente porque posibilita la imitación, animando al niño o la niña a hacer aquello que hace una persona que tiene prestigio para ella como es su padre o su madre. Además, si yo no leo, ¿cómo voy a decir a mi hijo que leer es muy divertido? ¡Si no me ve leer nunca! Como no es tonto me preguntará: “¿A tí no te gusta divertirte?” O pensará: “Dice eso para que lea, pero no es verdad, leer es aburridísimo”.Y no leerá.
  2. Leerle nosotros. Es una práctica fundamental, tal vez la más importante y eficaz. Sobretodo, con los niños que tienen dificultades para leer y les cuesta gran esfuerzo hacerlo, con repeticiones de palabras o de sílabas, sustituyendo unas letras por otras, que les impide entender el mensaje y comunicarse con el libro. Leer así es aburridísimo. Es como leer en un idioma que no comprendes, y no hay persona humana que pueda leer más de dos minutos en un lenguaje que no entiende. Pero al leerles nosotros, comprenden el mensaje, por lo que disfrutan con lo que oyen, están atentos y se dan cuenta de que en aquellas páginas hay historias divertidas que valen la pena. La lectura constante, gratis, como un regalo, sin pedir nada a cambio y con amor del adulto siempre despierta el interés y las ganas de leer a medio y largo plazo.
  3. Contarles cuentos e historias. Es otra actividad que encanta a los niños de estas edades, aumenta el vocabulario y desarrolla la imaginación además de incrementar los lazos afectivos entre padres e hijos. Contar cuentos no es fácil y a veces nos sentimos un poco torpes, pero se puede aprender con un poco de esfuerzo. Hay estupendos libros que dan muy buenas ideas y tienen cuentos tanto tradicionales como modernos…. y también dos excelentes artículos sobre este tema en Solohijos: El poder de los cuentos y Cómo contar cuentos.
  4. Leer con ellos. Cuando el tutor/a nos dice que a nuestro hijo le cuesta leer y debe “practicar” en casa, no lo hará si lo dejamos solo ante el libro en su habitación. En estos momentos necesita nuestra ayuda y nuestro apoyo para que ejercite durante 10 minutos cada día. Leer con ellos supone, por ejemplo, repartirnos la página, llegando a un pacto: “Yo leo el primer párrafo y tú el segundo, ¿vale?”. Leer con ellos requiere que nuestra actitud sea positiva, nunca crítica con sus errores, porque él se ha de sentir cómodo y, lo más importante, con ganas de leer al día siguiente otra vez. Si tiene dificultades para descifrar una palabra se le dice entera sin más, sin esperar a que él haga un gran esfuerzo de análisis que lo agote. Cuando lea una palabra por otra, por ejemplo, “camino” por “camión”, se le puede decir: “Es verdad, podría decir camino porque empieza igual y se parecen mucho, pero dice camión”, porque es importante justificar siempre sus errores que nunca son voluntarios. Y por último, una regla de oro: siempre un poco menos. Es mucho mejor hacer dos sesiones de cinco minutos que una de quince.


miércoles, 26 de octubre de 2016

Aventuras de un enemigo de Halloween

Valor Educativo Buenos hábitos
Idea y enseñanza principal Un simpático cuento que aprovechar la fiesta de Halloween para recordar a los niños la importancia de cuidarse los dientes y comer sano
Ambientación La noche de Halloween
Personajes El ratoncito Pérez y los monstruos

Cuento 


La gente piensa que Halloween asusta a los niños, pero hay alguien muy famoso a quien le da mucho más miedo: el ratoncito Pérez. Y es que todos los dulces de Halloween acaban en las bocas de los niños, que olvidan lavarse los dientes, que se les van estropeando… Y para cuando se los tiene que llevar el ratón, están hechos un desastre.
Por eso Pérez decidió viajar a la tierra de los monstruos para detener aquella locura de dientes enfermos. Sin embargo los monstruos no estaban dispuestos a quedarse sin la única oportunidad en que podían acercarse a sus amigos los niños. Cualquier otro día del año, si un monstruo de verdad se acercaba a un niño se montaba una buena…
El ratoncito Pérez tampoco iba a renunciar, y decidió cargarse la fiesta de Halloween. Un año pensó:
- Daré la vuelta a los carteles que indican el camino hacia las ciudades. Así los monstruos se perderán.
Pero resultó que los monstruos ni siquiera los miraban porque no sabían leer. Otro año dijo:
- Ya sé, llevaré miles de ovejas golosas para que se coman las golosinas que guardan los monstruos para la fiesta.
Y lo consiguió. No dejaron ni una, pero comieron tantos dulces que se volvieron ovejitas de caramelo. Y los monstruos las repartieron por el mundo con tanto éxito que el ratoncito Pérez tuvo la peor cosecha de dientes de su vida.
Para la siguiente ocasión, preparó un plan muy arriesgado
- Ayudaré a escapar de la cárcel a los monstruos más malvados y que peor tratan a los niños. Darán tanto miedo que nadie querrá otro Halloween.
En secreto y muerto de miedo, la noche de Halloween liberó a aquellos brutos y los acompañó hasta la ciudad. Esperaba que montaran un gran lío, pero cuando llegaron y vieron los disfraces, creyeron que todo era un fiesta sorpresa para ellos. Se sintieron tan felices y emocionados que se portaron fenomenal y durante horas cubrieron con sus peludos abrazos y sus babosos besos al ratoncito. Se volvieron tan buenos, que nadie pensó en volver a encerrarlos.
Desesperado por tantos intentos fallidos, el ratón Pérez estaba dispuesto a gastar toda su fortuna.
- Compraré todo el azúcar y lo tiraré por los ríos y lagos del mundo. Sin dulces no habrá fiesta.
Pero no sabía el ratoncito que los monstruos tenían sus propios huertos de golosinas, y que al regarlas con agua dulce tuvieron la mejor cosecha de la historia…
Viendo que nada podía arruinar la fiesta que tanto querían niños y monstruos, se le ocurrió que igual solo necesitaba cambiarla un poco. Y al pensar en los huertos de golosinas de los monstruos, tuvo una idea... se acercó una noche a escondidas y plantó algunas cosas más: caramelos sin azúcar, frutas, gominolas de pasta dentrífica… y hasta un árbol de cepillos de dientes. Los monstruos eran tan brutos que ni se dieron cuenta y, cuando prepararon las bolsas de golosinas para el año siguiente, en todas metieron los sanos productos plantados por Pérez.
El plan resultó todo un éxito porque, al ver entre las golosinas un cepillo de dientes, ningún niño se olvidó de cepillarlos, y no pudo decir que no encontraba el cepillo. Así, los monstruos salvaron su fiesta, los niños comieron sus dulces y el ratoncito Pérez recogió ese año los mejores dientes que podía recordar.
Y a los papás y a las mamás también les gustó la idea. Por eso ahora, entre todos los regalos y dulces que se reparten en Halloween, cada vez es más fácil ver cepillos de dientes, fruta sana y golosinas sin azúcar.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan

viernes, 7 de octubre de 2016

EL EXTRAÑO PROFE QUE NO QUERÍA A SUS ALUMNOS


Valor Educativo Amor y perdón

Idea y enseñanza principal El amor es la fuerza más poderosa para cambiar a las personas

Ambientación La escuela de un pequeño pueblo

Personajes Un profesor y sus alumnos


Había una vez un ladrón malvado que, huyendo de la policía, llegó a un pequeño pueblo llamado Sodavlamaruc, donde escondió lo robado y se hizo pasar por el nuevo maestro y comenzó a dar clases con el nombre de Don Pepo.
Como era un tipo malvado, gritaba muchísimo y siempre estaba de mal humor. Castigaba a los niños constantemente y se notaba que no los quería ni un poquito. Al terminar las clases, sus alumnos salían siempre corriendo. Hasta que un día Pablito, uno de los más pequeños, en lugar de salir se le quedó mirando en silencio. Entonces acercó una silla y se puso en pie sobre ella. El maestro se acercó para gritarle pero, en cuanto lo tuvo a tiro, Pablito saltó a su cuello y le dio un gran abrazo. Luego le dio un beso y huyó corriendo, sin que al malvado le diera tiempo a recuperarse de la sorpresa.
A partir de aquel día, Pablito aprovechaba cualquier despiste para darle un abrazo por sorpresa y salir corriendo antes de que le pudiera pillar. Al principio el malvado maestro se molestaba mucho, pero luego empezó a parecerle gracioso. Y un día que pudo atraparlo, le preguntó por qué lo hacía:
- Creo que usted es tan malo porque nunca le han querido. Y yo voy a quererle para que se cure, aunque no le guste.
El maestro hizo como que se enfadaba, pero en el fondo le gustaba que el niño le quisiera tanto. Cada vez se dejaba abrazar más fácilmente y se le notaba menos gruñón. Hasta que un día, al ver que uno de los niños llevaba varios días muy triste y desanimado, decidió alegrarle el día dándole él mismo un fuerte abrazo.
En ese momento todos en la escuela comenzaron a aplaudir y a gritar
- ¡Don Pepo se ha hecho bueno! ¡Ya quiere a los niños!
Y todos le abrazaban y lo celebraban. Don Pepo estaba tan sorprendido como contento.
- ¿Le gustaría quedarse con nosotros y darnos clase siempre?
Don Pepo respondió que sí, aunque sabía que cuando lo encontraran tendría que volver a huir. Pero entonces aparecieron varios policías, y junto a ellos Pablito llevando las cosas robadas de Don Pepo.
- No se asuste, Don Pepo. Ya sabemos que se arrepiente de lo que hizo y que va a devolver todo esto. Puede quedarse aquí dando clase, porque, ahora que ya quiere a los niños, sabemos que está curado.
Don Pepo no podía creérselo. Todos en el pueblo sabían desde el principio que era un ladrón y habían estado intentado ayudarle a hacerse bueno. Así que decidió quedarse allí a vivir, para ayudar a otros a darle la vuelta a sus vidas malvadas, como habían hecho con la suya. Y así, dándole la vuelta, entendió por fin el rarísimo nombre de aquel pueblo tan especial, y pensó que estaba muy bien puesto.


Autor.Pedro Pablo Sacristán

lunes, 3 de octubre de 2016

UNO DE LOS ERRORES DE LOS BUENOS PADRES



No nos engañemos. Salvo algunas deplorables excepciones, todos somos buenos padres. O al menos eso pensamos: queremos lo mejor para nuestros hijos, estamos dispuestos a hacer renuncias por ellos, les queremos.
Pero tampoco nos engañemos. Con honrosas excepciones, tampoco lo estamos haciendo demasiado bien: no sabemos enseñarles respeto, o el valor del esfuerzo y el sacrificio, a mirar más allá de lo inmediato…
Que levante la mano quien no lo hace bien a propósito ¿Nadie? ¿Se puede decir entonces que todos queremos hacerlo bien?
En absoluto. Lo que queremos muchas veces los padres no es hacerlo bien, sino no hacerlo mal. Y no es un juego de palabras: son dos cosas bien distintas. Y sus efectos son muy diferentes.
Quien educa con miedo a equivocarse, quien educa para no fallar, hace mucho menos. “Yo nunca haría eso, no sea que…”, “Por si acaso, mejor no”, “Vamos a esperar a ver qué es lo que le gusta, porque nunca se sabe”,… Siempre hemos pensado, ante una pregunta de la que no sabemos la respuesta, que es mejor callarse que decir una tontería. Pero en educación eso no funciona así. La inacción y la falta de iniciativa tienen un coste mayor que poner en marcha algo que no funcione bien. Porque de lo que no funciona se aprende. De lo que no se hace, no se aprende. Y hay mucho que aprender. Como, por ejemplo, aprender a educar a cada hijo. Son distintos, y se educan uno a uno.
Quien educa con miedo al fallo también es como una veleta. No tiene convicciones, apunta donde sopla el viento.  Pero educar es guiar, mostrar el camino, y no se puede avanzar cambiando de dirección cada dos por tres. Así, lo único que se consigue es quedarse en el sitio de salida. Aunque sigamos un camino algo equivocado, si lo seguimos con decisión, avanzaremos hasta donde no se pueda seguir, y descubriremos que no era el camino adecuado. Entonces podremos dar la vuelta y caminar en otra dirección. Si hacemos eso, cuando volvamos al punto de inicio dejaremos atrás a todos aquellos que siguen dando vueltas sin llegar nunca a avanzar.
Por eso hay que educar sin miedo al error.Si eres padre o madre te vas a equivocar mil veces. Pero si lo haces con criterio y convicción, tus hijos y tú iréis aprendiendo, y terminaréis avanzando. Como ves, después de todo, el miedo al error, en educación, es un gran error.

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¿Echas de menos los verdaderos valores? ¿Harás lo que sea por mostrárselos a tus niños? En el Club de Amigos de los Valores buscamos personas con principios sólidos y amor por la lectura. Si tú quieres ser parte de esta creciente minoría, únete ahora y podrás descargar todos nuestros cuentos ilustrados y audiocuentos para llevarlos contigo y educar a tu ritmo. Solo tienes que visitarhttp://cuentosparadormir.com/descargar-cuentos y ponerte del lado de los valores.

GUÍA PARA EDUCAR CON CUENTOS: Si aún no has podido descargar nuestra guía para educar con cuentos, puedes hacerlo en este enlace: http://cuentosparadormir.com/files/descargas/educar-con-cuentos.pdf

jueves, 18 de agosto de 2016

Fip, el dragón sin fuego y sin llamas

Valor Educativo Amistad y amor
Idea y enseñanza principal La capacidad de amar no se gasta con el uso, sino que crece, mientras que el odio lo llena todo

Ambientación Una antigua tierra de dragones

Personajes Un dragón y sus amigos


Cuento 
Fip era un dragón diferente. No tenía el aspecto terrorífico sus primos y hermanos. Siempre estaba alegre y de buen humor. Y no escupía fuego. Y es que Fip, al contrario que todos los demás dragones, tenía corazón. Era tan chiquitito que nadie sabía que lo tenía, y lo reservó para poder querer a un amigo.
Por miedo a que se le llenara un corazón tan pequeño, eligió hacerse amigo de una hormiga. Se sintió feliz teniendo una amiga, y resultó que aún le quedaba libre un pedacito de corazón. Lo usó para hacerse amigo de un ratoncillo, que tampoco lo gastó del todo, y detrás le siguieron un pájaro, una liebre, una oveja, un oso y otros animales. Fip empezó a sospechar que el cariño por sus amigos nunca llenaría su corazón, y dejó de preocuparse por su tamaño. Hizo tantos amigos como pudo y se convirtió en un dragón feliz.
Lo que no sabía Fip era que, igual que el odio encoge los corazones, el amor los agranda. Su corazón creció tanto que los demás dragones terminaron por descubrirlo. Llenos de rabia y envidia lo encadenaron para abrasarlo. Mientras las cadenas lo sujetaban para que no volara más que unos metros, decenas de dragones lo rodearon listos para lanzar sus llamas. Fip pensó en sus amigos y la pena que sentirían por él, y decidió luchar. Cerró los ojos y con todas sus fuerzas trató de lanzar la primera bocanada de fuego de su vida…
No lo consiguió. Él no escupía fuego. Pero un ruido como de agua le hizo abrir los ojos. A su alrededor los dragones miraban asombrados y empapados. De la boca de Fip había surgido un río más poderoso que el fuego de mil dragones. Sorprendido, volvió a intentar escupir agua, pero esta vez surgieron rayos que rompieron sus cadenas. Al tercer intento sopló un viento envuelto en aromas de flores que secó a los dragones y arregló el desastre causado por su río. Ante el asombro general, Fip siguió soltando por su boca todo tipo de regalos y bendiciones, tan poderosos que lo convirtieron en el rey de las montañas.
Así fue como los dragones descubrieron que tenían un corazón diminuto y lleno de ira que solo escupía fuego. Pero ahora, gracias a Fip, sabían que podía escupir cualquier cosa. Solo había que vaciarlo de odio y de rabia para poder llenarlo de amigos.


Autor.. Pedro Pablo Sacristan

viernes, 29 de julio de 2016

EL NIÑO QUE QUERÍA SER PIRATA

Un día vinieron unos piratas de verdad al restaurante y el niño se empeñó en servirles. Estaba muy emocionado porque iba a conocer piratas de verdad. Se hicieron amigos y cuando llegó la hora de despedirse les pidió que les llevara con ellos.
- No puede ser.- Dijo el capitán pirata- Es una vida muy dura para un niño.
 Y lo dejaron en el restaurante más triste que nunca.
 Estaba limpiando la mesa cuando... ¡se encontró con un mapa! Pero no un mapa cualquiera...." ¡Era el mapa del tesoro!
 Al poco volvieron los piratas y le preguntaron:
 - Niño, ¿no habrás visto un mapa del tesoro por aquí? - Siiiiiiiiiiiiiii- Contestó el pequeño muy contento.- Pero sólo os lo daré si me lleváis con vosotros a buscar el tesoro.- les dijo con firmeza
Así fue como los piratas se lo llevaron con ellos al barco.
 Cuando estaban en alta mar estalló una gran tormenta que agitó al barco de una lado para otro. El niño gritó a los piratas:
 - ¡Rápido! ¡Ataros al barco y así no os caeréis!
 Y todos los piratas se ataron al barco.
Cayeron rayos...
Pom, pum catapuuuuum
Y truenos
 Croooc, catacroooooc ¡Y relámpagos!
¡Catapum chimpún!
Pero, de repente, se acabó la tormenta.
 El capitán pirata les pregunto a todos si estaban bien y todos contestaron:
 - ¡Siiiiii
- Muy bien niño. –le felicitó el capitán por tener una idea tan buena.- Como premio puedes subirte al palo mayor.
El niño, muy contento, se subió al palo mayor y desde arriba…



 - ¡Tierra a la vista!- Vio una isla, pero no una isla cualquiera... ¡Era la isla del tesoro!
 Entonces, los piratas se bajaron a tierra y miraron el mapa.
Primero, tenían que atravesar la selva de los monos furiosos
¡Uh. Ah. Uh!
 Luego, la cueva del dragón zampón.
¡Gruarrrrrrr!
Y por último, encontrar una X muy grande.
 Pronto llegaron a la selva de los monos furiosos y empezaron a caerles cocos en la cabeza.
 ¡Ay! ¡ay!
Los monos se los estaban tirando desde los árboles.
El niño les dijo que abrieran sus paraguas y los cocos empezaron a rebotar. Así lograron salir de la selva de los monos que cada vez estaban más y más furiosos
 ¡Uh. Ah. Uh!
Los piratas llegaron a la cueva del dragón zampón.
De repente, salió un dragón muuuuy feo
- ¡Gruaaaaaaarl! ¡Tengo mucha hambre!- Rugió.- Os voy a comer a toooodos
Los piratas se echaron a temblar. Entonces, el niño les gritó:
- Rápido. Tiradles vuestros bocatas de chorizo.
 - Noooooo, que están muy buenos.- Protestaron los piratas
- Síiiiiiiii, que si no nos come.
 Todos le tiraron sus bocatas de chorizo.
 - Ñam, ñam, gruaaaar ¿qué es esto tan rico?- Exclamó el dragón. Mientras se inflaba a bocatas los piratas escaparon corriendo.
 Una vez a salvo se pusieron a buscar la X muy grande.
 Pero no la encontraban por ningún lado.
El niño decidió subirse a la palmera más alta para ver mejor. Desde allí pudo verla. Era tan grande que no se veía desde el suelo.
 Indicó a los piratas dónde estaba y se pusieron a cavar.
 Encontraron un cofre, pero no un cofre cualquiera... ¡Era el cofre del tesoro!
 Y dentro había... ¡Monedas! ¡Chuches! ¡Juguetes! ¡Joyas! ¡Espadas! ¡Escudos! Y muchas cosas más.

Los piratas se llevaron el tesoro al barco para repartirlo. El capitán pirata le dijo al niño que podía quedarse con ellos y vivir muchas aventuras. Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!

jueves, 21 de julio de 2016

CONSEJO

EL VERANO NO ES PARA APRENDER  Y 

SI,  PARA NO OLVIDAR

miércoles, 13 de julio de 2016

DOCTORA DIBUJOS

Valor Educativo Optimismo y alegría
Idea y enseñanza principal A menudo las carencias y situaciones difíciles nos dan la oportunidad de conseguir grandes cosas que no están al alcance de los demás

Ambientación Una clase de una escuela cualquiera

Personajes Varios dibujos hechos por niños


Cuento 
Tita cobró vida a medianoche, igual que todos los demás dibujos de aquel día de colegio.
- Por favor, formen una fila ordenada - decían unos amables policías- el Doctor Dibujos revisará a todo el mundo.
Mientras esperaba, Tita se enteró de que el Doctor Dibujos era el mejor cirujano del mundo, capaz de arreglar cualquier dibujo, aunque estuviera hecho por niños muy pequeños. Cada noche revisaba los nuevos dibujos y luego operaba a cuantos podía. Pero eran tantos que muchos tenían que seguir viviendo con sus fallos en la zona de los imperfectos, un lugar tremendamente triste.
- ¡Mirad! - gritó alguien - ¡Una Doctora Dibujos!
En un instante se montó un gran revuelo en torno a Tita. Cuando se quiso dar cuenta, ya estaba en la consulta del Doctor Dibujos.
- Eres una doctora un poco rara. Tienes la bata y la cruz, de eso no hay duda. Pero no llevas herramientas y te falta una mano. Además, tienes la cabeza muy grande y una boca enorme. Me costará mucho operarte, pero te dejaré tan bien que podrás operar conmigo. Necesitamos todos los médicos posibles.
- ¿Es obligatorio que me opere, doctor? Me gusta como soy.
- ¿Queeeé?
El doctor se enfadó muchísimo. Nunca nadie había rechazado una de sus magníficas operaciones, y envió a Tita a la zona de los imperfectos.
- ¡Intenta arreglar a todos esos sin operarlos! - gritó furioso con tono de burla.
Tita no se enfadó. Es más, le pareció una gran idea. No tenía herramientas, pero seguía teniendo su bata de médico y su gran sonrisa. Se acercó a un triste jardinero sin nariz y le preguntó dulcemente.
- ¿Cuál es tu enfermedad, qué te hace estar tan triste?
- Nunca podré oler las flores, es lo peor que le podría pasar a un jardinero…
- Pues sí es un problema, pero no creo que sea tan grave ¿Sabías que hay flores preciosas que huelen mal, y por eso nadie las planta? La flor más grande del mundo es una de ellas… Tú podrías tener un jardín único.
Siguieron hablando un ratito. Poco después, sin que hicieran falta operaciones, el jardinero marchó contentísimo a plantar su nuevo jardín. Algo parecido ocurrió con Todopiés, el tristemente conocido niño sin manos, cuando descubrió que sus cuatro pies le convertirían en un futbolista irrepetible. O con la chica de los 20 dedos, que llegó a ser tan buena tocando el piano como haciendo cosquillas.
Los tratamientos de Tita, basados en dejar atrás las quejas y la tristeza y tratar de sacar lo mejor de cada uno, cambiaron para siempre la zona de los imperfectos, convirtiéndola en un lugar alegre y original. Muchos perfectos se fueron a vivir allí. Al final, incluso el Doctor Dibujos visitó a Tita para que le enseñara a practicar su maravillosa medicina, y juntos formaron un magnífico equipo médico.




Autor..PEDRO PABLO SACRISTAN

sábado, 2 de julio de 2016

DERECHOS DEL LECTOR

El Derecho a No Leer. Sin este derecho la lectura sería una trampa perversa. La libertad de escribir no puede ir acompañada del deber de leer.
El Derecho a Saltarse las Páginas. Por razones que sólo conciernen a nosotros y al libro que leemos.
El Derecho a No Terminar el Libro. Hay treinta y seis mil motivos para abandonar una lectura antes del final: la sensación de ya leída, una historia que no engancha, desaprobación por las tesis del autor...Inútil enumerar las 35.995 restantes, donde bien podía estar un posible dolor de muelas.
El Derecho a Releer. Por el placer de la repetición, la alegría de los reencuentros, la comprobación de la intimidad.
El Derecho a Leer Cualquier Cosa. Buscamos escritores, buscamos escrituras; se acabaron los meros compañeros de juego, reclamamos camaradas del alma.
El Derecho a Leer en Cualquier Lugar. Completad vosotros este punto.
El Derecho a Hojear. Autorización que nos concedemos para coger cualquier volumen de nuestra biblioteca, abrirlo por cualquier lugar y sumirnos en él un momento.
El Derecho a Leer en Voz Alta. Los libros se abren de par en par, y la multitud de los que se creían excluidos de la lectura se precipita detrás de él. (Suele pasar con la poesía cuando es cantada).
El Derecho a Callarnos. Nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir. Y nadie tiene poderes para pedirnos cuentas sobre esa intimidad.
Ya me callo.

martes, 21 de junio de 2016

MARATÓN DE CUENTOS 2016




VAMOS A ELLO



COLOCADOS


EN MARCHA



Los alumnos del Badiel cumplieron un año más con la cita del Maratón.
Desde 1º a 6º hicieron su papel fenomenal en la tarde del viernes 17 de junio.

miércoles, 15 de junio de 2016

UN VIDEO JUEGO PARA VALIENTES

Valor Educativo Moderación
Idea y enseñanza principal Pasar excesivo tiempo jugando a videojuegos puede provocar daños a largo plazo

Ambientación Un videojuego

Personajes Un niño, su tablet y un juego

Adrián era el rey de los videojuegos, el más rápido con un tablet en la mano. Pasaba horas ante la pantalla, y esperaba las vacaciones para poder probar su nuevo juego. Según decían, su último nivel era el mejor que se había hecho nunca y, tras pasar días jugando, consiguió alcanzarlo. Al momento, luces y sonidos de fiesta lo rodearon, una niebla blanca lo cubrió todo y, en mitad del espectáculo… ¡el tablet tomó vida y se lo tragó!
Cuando se recuperó, Adrián estaba dentro del videojuego, y usaba su tablet para moverse a sí mismo. Emocionado, esperaba enfrentarse a los peores rivales. Sin embargo, su primer rival era un muro de cristal que no hacía nada. Adrián tocó su tablet para destrozar el muro pero, nada más tocarlo, una fuerza invisible lo levantó por los aires y comenzó a aplastarlo una y otra vez contra el cristal. Adrián movía sus ágiles dedos sobre la superficie del tablet para liberarse, pero cuanto más lo intentaba, más golpes recibía. Él nunca se rendía, hasta que tras horas de golpes no pudo más y arrojó el tablet al suelo. Este se partió en mil pedazos, y al instante lo mismo ocurrió con el cristal. Sin el cristal, Adrián pudo descubrir una máquina para tratarlo como si fuera uno de sus propios dedos, programada simplemente para repetir sus movimientos.
- ¡Vaya!- se dijo - nunca había pensado lo mucho que hago sufrir a mis dedos mientras juego…
Dolorido y cansado, decidió seguir adelante. Al poco, quedó atrapado en una extraña pompa de jabón. La pompa voló hasta un lugar con mil luces brillantes, y allí se volvió loca, moviéndose sin control. Adrián disfrutó rebotando y dando vueltas en su interior, pero después empezó a cansarse. Al final, tantas luces y movimientos se le hicieron imposibles de aguantar. Cuando ya no pudo más, Adrián cerró los ojos y se puso a llorar. Entonces cesaron las luces, la pompa se inundó, y el agua lo arrastró fuera. Mientras se alejaba, Adrián pudo descubrir que aquella pompa era simplemente uno de sus propios ojos.
- ¡Vaya! - se dijo - nunca había pensado lo mucho que hago sufrir a mis ojos mientras juego…
Todavía secándose las lágrimas, Adrián llegó a un parque precioso, con columpios, toboganes y todo tipo de diversiones, en el que otros niños jugaban y lo invitaban a entrar.
-¿Dónde está la trampa? - preguntó.
- En que no puedes jugar solo - le respondieron - si te quedas solo, desapareces.
Adrián se unió al resto de niños. Jugaron tantísimo tiempo que se olvidó de todos sus dolores, y se hizo muy amigo de todos. Sin duda fue la mejor parte del videojuego.
- ¡Vaya! - se dijo en voz alta- nunca pensé que jugar en un parque pudiera ser tan divertido.
Nada más decir esas palabras, todo desapareció, y se oyó una gran voz.
- ¡Has ganado! ¡Has completado el último nivel! ¡Fuera de aquí!
Adrián salió disparado del tablet, yendo a caer de nuevo en el sillón de su casa. Había sido toda una aventura y tenía ganas de repetir. Pero entonces se acordó de sus sufridos dedos, de sus doloridos ojos, y de lo bien que se lo había pasado en el parque jugando con los otros niños… y prefirió llamar a sus amigos para salir un rato a jugar.

Autor.. Pedro Pablo Sacristan

martes, 31 de mayo de 2016

DICCIONARIO DE SINÓNIMOS

Cuando leas te vendrá muy bien disponer de un diccionario de sinónimos.
Te dejo este enlace donde lo encontrarás

                                                   http://www.diccionariodesinonimos.es/



CUANDO LEES APRENDES A ESCRIBIR CORRECTAMENTE





jueves, 26 de mayo de 2016

MARATÓN DE CUENTOS 2016

Como todos los años  tenemos una cita con la Biblioteca de Guadalajara en el Maratón de Cuentos

VIERNES 17 DE JUNIO  POR LA TARDE:

 16:30. Desfile de la comparsa de Gigantes y Cabezudos desde la Plaza de Santo Domingo hasta el Palacio del Infantado.
-A continuación comenzará el Maratón de cuentos.Nuestro colegio actuará en primer lugar (sobre las 5:10) ,después  de los ediles de Guadalajara que en esta 25 edición contarán un cuento cada uno.




                                               Este año el tema del maratón será :LA POESÍA ANDA POR LAS CALLES

¡Ánimo chicos y chicas del Badiel a seguir en nuestra línea!






sábado, 14 de mayo de 2016

NUEVOS LIBROS

HEMOS ADQUIRIDO 10 EJEMPLARES DE LA  COLECCIÓN: TÚ DECIDES LA AVENTURA PARA 5º Y 6º.
HAN SIDO TODO UN ÉXITO.

Tú decides la aventura es una colección para lectores de 7 a 12 años de edad. Estos libros suponen un rescate del género de los libro-juegos. En estas narraciones de ritmo trepidante hay que elegir el rumbo que tomará la historia. Gracias a la multitud de finales, al humor y a la diversidad temática de la colección, ésta estimula la lectura activa, atenta y participativa que convierte la experiencia de pasar página en auténtica diversión.

¡EN ESTOS LIBROS TÚ DECIDES!








sábado, 7 de mayo de 2016

EL SUEÑO DE MARCOS


No hace mucho tiempo, en la época de tus abuelos, cuando los niños se echaban la siesta por la tarde para estar más descansados y activos durante el juego interminable de esos días de verano.
Yo era uno de esos niños y como a todos no me gustaba eso de la siesta .Era una pérdida de tiempo: “¡Ya estaba la noche para dormir !” .
Una tarde de verano, después de comer, una voz  me dijo:
-Marcos, la hora de la siesta.
En contra de mis principios no tuve más remedio que obedecer.
Dicho y hecho, me eché en el sofá (era un logro, antes debía hacerlo en la cama) y empecé a soñar.
El protagonista era yo .Había llegado a un país fantástico cuyos habitantes eran las letras, se llamaba LETRILANDIA.
Cada uno de los habitantes iba a su bola y no les importaban los demás:
La “l” siempre estaba en la luna.
La “r” de reloj miraba de reojo a la “t” que siempre se metía con ella con el tic-tac.
La “f” se pasaba el día molestando con la flauta.
La “c” no salía nunca, siempre estaba en casa.
La “a” no paraba de volar en la abeja.

¿Serías capaz de ayudarme a recordar a qué se dedicaban el resto de las letras? Vamos a intentarlo………………………………………………………..

¡A lo que estamos! Cierto día de mucho calor todas las letras paseaban por el campo y tenían mucha sed .Un grupo formado por la c-s-o-r-o-r-o se  acercó a un pozo a beber agua y ¡zas!; se cayeron.
No podían salir por mucho que lo  intentaban individualmente: la “s” siseaba   ¡ssss! , la “r” vibraba  ¡rrrrr!,….pero nada.
Ya les quedaba poco tiempo de vida hasta que cada una olvidándose de su individualidad decidió colaborar con el grupo para un mismo fin: la salvación.
Tras muchas deliberaciones consiguieron juntarse y ponerse en orden formando la palabra SOCORRO. Yo que pasaba por allí me asomé al pozo y las vi. Muy rápido las cogí y saqué del pozo.
Ya libres, saltaban y gritaban de alegría y se lo fueron a contar al resto de las letras .Desde entonces los habitantes de aquella aldea dejaron de ser egoístas e individuales y cooperaban y se ayudaban en todo. Levantaron un monumento en la entrada del pueblo que decía:
“Una para todas y todas para una”

Me desperté y continué jugando toda la tarde con mis amigos.

Autor:ENRIQUE GARCÍA GARCÍA