viernes, 17 de enero de 2025

EL MEJOR AMIGO DE LOS ANIMALES

 

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y ríos cristalinos, un hombre muy bondadoso y sabio conocido como San Antón Abad, aunque muchos otros le llamaban Antonio..

San Antonio era muy especial, no solo porque cuidaba a la gente del
pueblo, sino porque tenía un don único: podía hablar con los animales. ¡Sí! Podía entenderlos a la perfección.

Cierto día, mientras San Antón caminaba por el bosque, escuchó un suave llanto. Siguiendo el sonido, encontró a un conejito con una pata lastimada. Con mucho cuidado, San Antonio vendó la pata del conejito y le prometió que pronto se pondría bien. El conejito miró a San Antonio con ojos brillantes y saltó alegremente una vez que se sintió mejor.

La noticia del amor de San Antonio por los animalitos se extendió rápidamente por todo el bosque, el desierto y los hogares. Pronto, animales de todas partes y de más allá de otros pueblos empezaron a visitarlo. Tanto si era un pájaro con un ala rota, un ciervo perdido, una familia de zorros heridos y hasta un loro parlanchín que había perdido su voz: todos encontraron un amigo en San Antonio.

Todo era maravilloso, pero ante tantos animales, el pueblo se enfrentó a un gran problema: el río no se daba abasto con la demanda de agua que consumían los animales y los aldeanos, así que todos sufrían sin agua. San Antonio, muy preocupado, decidió ayudar. Comenzó a reunir a todos los animales y les pidió que lo ayudaran a buscar otra fuente de agua.

Todos juntos, animales y San Antón, buscaron por los valles y colinas de alrededor. Fue una pequeña ardilla la que encontró un manantial oculto entre las rocas. Todos los animales ayudaron a despejar el camino y un nuevo y fresco río fluyó hacia el pueblo. Los aldeanos agradecidos, celebraron una gran fiesta en honor a San Antonio y a los animales que habían salvado el pueblo.

Es por eso que San Antón o San Antonio Abad se convirtió en un símbolo de amistad y mucho cuidado entre los seres humanos y los animales. Cada año, en el día de San Antonio, el pueblo celebraba una fiesta enorme donde los niños vestían a sus mascotas y paseaban por todo el pueblo, recordando la importancia de cuidar y respetar a los seres vivos.

domingo, 5 de enero de 2025

Érase una vez una noche de Reyes Magos

 


En todas las casas, los niños dormían plácidamente, soñando con los regalos que habían escrito en sus cartas a los Reyes Magos. Pero en una de esas casas un niño, Oscar, no podía dormir. Estaba tan nervioso que no paraba de correr de su cama al comedor y del comedor a su cama, para ver que todo estuviera en sus sitio:

1. Tres trozos de turrón, para Melchor, Gaspar y Baltasar

2. Un par de zapatos para que sepan donde dejar los regalos

3. Tres vasos de agua para Mechalbeló, Guasón el bromista y Barbas el peludo, los tres camellos de los Reyes Magos.

- Oscar, que es hora de ir a la cama, le llama su mamá.

La mamá de Oscar llevó al pequeño a su cama, le acostó y le sonrió.

- Pero mami, yo quiero esperar despierto a los Reyes Magos ¿Cómo sabrán encontrarme?, le preguntó Oscar.

- Eso depende de ti, de todos los niños, y de una pequeña estrella fugaz…, le contestó la madre.

- ¿Quién es esa estrella fugaz?, le preguntó Oscar a su madre.

 Y la mamá de Oscar, le contó esta historia:

- Era una noche mágica, como la de hoy, pero hace mucho tiempo, del cielo caían copos de nieve blanca, como bailarinas bailando una canción, dejando a su paso un brillante manto blanco. Allá, en las alturas, en la casa de las estrellas, habían venido todas de reinos lejanos. 

Todas competían para ser las más brillante… Había una estrella muy roja, diciendo que era la mejor. Y otra plateada con cuerpo de hielo que despedía diamantes a su paso…

Pero de pronto, de entre todas las estrellas, se oyó una voz tímida que decía:

- Yo también quiero intentarlo.

Todas as otras estrellas se quedaron asombradas: la que hablaba, era una pequeña estrella, muy pequeña. Ninguna confiaba en ella, pero la estrellita cerró los ojos muy fuerte y pensó.. ‘soy brillante, soy brillante’… pero al abrir los ojos, sólo se oían las risas y burlas del resto

Un golpe de viento la tiró, y cayó en un lugar oscuro… lleno de rocas… Y al tocar, descubrió que estaba dentro de una… ¡boca! Resultó ser la boca del Rey mago Baltasar. La estrella salió de la boca del rey, y descubrió que junto a él viajaban dos reyes magos más. A los Reyes les encantó la presencia de la estrella. Le preguntaron qué hace allí… y ella, avergonzada, dijo que se había caído del cielo.

Erey Baltasar le dijo que ella podía ayudarles. ¿Cómo?, dijo la estrella, ¡Si yo soy pequeña y apenas brillo!

- No eres pequeña - le dijo el rey mago - Serás la estrella de los niños, la que nos guíe hasta los deseos de los niños. Cierra los ojos y concéntrate…escucharás las voces de los niños pidiendo sus deseos. Tú nos llevarás hasta ellos…

Y así fue. Desde entonces, la estrellita fugaz se encarga cada Navidad de llevar a los reyes Magos hasta los sueños de los niños. Cada vez brilla más y más, porque lo que hace brillar más a una estrellita, es su corazón